Se salpican al mearnos y nos echan la culpa.

Politicus

felipe

Hay que reconocer que cuando eligieron a Pedro Sánchez para dirigir el PSOE nos cachondeamos. Hubiera sido mejor José Antonio Pérez Tapias para quitarle el polvo al partido, pero eligieron a uno joven, sin corbata, con camisa remangada, un look renovado y desenfadado al estilo de un Pablo Iglesias que subía como la espuma (entramos al año 2015 como primera fuerza, ojo con eso) y que ayudaba a combatir la imagen de partido de estado desgastado que tenía el PSOE en esa época. Hicieron bien, durante el 15-M pedimos regeneración y en el PSOE pusieron a Rubalcaba, ahora sí lo habían pillado.

Empezó su mandato diciendo que éramos populistas y corruptos bolivarianos iraníes proetarras, compraron toda la campaña de guerra sucia del gobierno del PP. Rápido vimos que PSOE y PP, la misma mierda seguía siendo.

Aún así contamos los votos de las elecciones de 2015 y quisimos formar un gobierno de coalición con PSOE e IU en el que Iglesias sería Vicepresidente, Sánchez dijo que no. Repetimos las elecciones y volvimos a tender la mano en 2016, otra vez Pedro Sánchez dijo que no a Podemos, pero esta vez añadió un par de envaines a la derecha.
El primero, buscando el apoyo de la nueva estrella rutilante de los medios y del IBEX, Albert Rivera, al que no tuvo problema en ofrecer la vicepresidencia (a éste sí) aunque aportaba una docena menos de escaños.
El segundo, con una abstención vergonzante que acabó dándole el gobierno a un PP al que ya hacía años que suponíamos una organización corrupta más que un partido político.

Así que Rajoy fue Presidente, Sánchez dimitió, reconoció que se había equivocado al no pactar con Podemos y contó en Salvados que le habían presionado los poderosos del país a los que les aterraba tener a Podemos en el gobierno. Con ese discurso recuperó la Secretaría General frente a la candidata del aparato Susana Díaz, nadie se lo esperaba. Con ese discurso llegó a la presidencia del gobierno en la moción de censura auspiciada por Podemos. No hizo nada, la ley mordaza, la reforma laboral, el conflicto territorial, la reforma del sistema electoral, la lista de los amnistiados por Montoro… ni siquiera ha sido capaz de sacar el cadáver de Franco de su mausoleo.

Escribo estas líneas mientras Pedro Sánchez pierde la sesión de investidura en segunda votación. Esta vez tampoco ha llegado a un acuerdo con Podemos, esta vez no ha tenido la opción naranja a mano (aunque la ha pedido), esta vez no hay abstenciones vergonzantes del rival histórico a cambio de nada (aunque también la ha pedido).

Vamos a dejar de tenderle la mano al PSOE, está más claro que nunca que no nos quieren, que no se pueden permitir tenernos en un gobierno porque el PSOE siempre ha sido leal con las instituciones financieras y nosotras no. It’s the Economy, Stupid! se decía en el segundo mandato de Clinton, no importa si quien te la chupa no es tu mujer siempre que la economía vaya bien para las clases dominantes.

Lo que diferencia realmente a Podemos del PSOE es que nosotras no nos plegamos al liberalismo como estrategia económica dominante. Y tampoco es que se haya optado por la escuela marxista o la economía solidaria, se propone un keynesianismo de amplio espectro que te compra cualquier socialdemócrata europeo. Pero el PSOE no puede comprarlo, se subió al carro del liberalismo algo tarde pero no se ha bajado desde entonces. Felipe González y su buena relación con el 8º hombre más rico del mundo, ejemplifica esto mejor que cualquier tratado económico.

Si el PSOE quiere llegar a acuerdos con Podemos, primero tiene que renunciar al liberalismo, a la monarquía y al concordato vaticano. ¿Líneas rojas? os váis a cagar.